Embriagados

*UNA NOCHE DE COPAS
Recuerdo allá por el mes de Marzo, el espectáculo que nos brindó mi gran amigo Bono, en la tasca de Juan. Si, ya sabeis, ese excelente camarero y mejor persona que regenta el bar que frecuento asiduamente. Como os iba diciendo, Bono entró en la tasca con una indumentaria bastante llamativa, no es que eso sea algo extraordinario en él, pero no es menos cierto, lo poco ortodoxo que era el gorro verde de más de medio metro que llevaba puesto. Al parecer era el día de S. Patricio y como buen irlandes que era, no iba a dejar pasar el día sin hacer un merecido homenaje al patrón, y que homenaje!
Bono nos saludo efusivamente y sin más preámbulos exclamó: Juan, 3 chupitos y una botella de Macallan de 18 años. ¡Cualquier whisky! Previo paso a ponerle su ansiada botella, bajó la persiana de la puerta, pues rondaban ya las 02´30h. y apenas quedaban clientes en el bar. Juan, denotó que la noche iba a ser larga e intensa.
Entre chupito y chupito, Bono, nos puso un poco al día de sus andares desde su última visita. Como siempre suele ocurrir con Bono, cuando de unos chupitos de más hablamos, nos comentó que tiene material para hacer 2 ó 3 discos, pero bien es cierto que lleva años haciendo giras con el mismo trabajo No Line On The Horizon, como bien matizó Juan, ferviente fans de U2. 
Una vez nos quedamos solos en la tasca a puerta cerrada, le pedí a Juan que nos pusiese unas tapitas, ya que el Macallan empezaba a hacer de las suyas. Entonces Bono alzó la voz, un poco distorsionada ya, No Busqui! de tapitas llada de nada, me voy a meter en la cochina y os voy a preparar un plato típico irlandés, colcannon con macarrones al pesto. Juan y yo nos miramos y optamos por dejarlo hacer.
Os diré, dijo Bono, asentándose el super gorro que ya prácticamente le tapaba la cabeza, que este flato es muy larborioso, puesto que lo componen coles, y, fatatas con bacon, ¡llena busqui!, pero yo le voy a añadir macallones, y por el día que es, le pondremos pesto de salsa. ¡Qué llenes busqui coño! ya no queda Macallan le comenté. Pues otra fotella Juan coño, asentó Bono. Juan, visto lo visto, le dispuso los ingredientes en la cocina con el fín de evitar una cacerolada popular, y sacó otro magnífico Macallan. Después de varios chupitos más, nuestro más que admirado amigo Bono, siguió con sus dotes de arte culinario.
Bueno, pos cosmo os iba diciendo, en primer lugar cogermos una olla grande y le echaremos agua y chorreón de whisky, eah al fuego. 
Ahora corgemos tra olla y le echarmos whisky y un chorreón de agua, eah al fuergo también.
Mientras tanto, corgemos una saltén y le erchamos aceite de olvida pa sofleir el bacon. Coño peazo alceite teneis cojones! Juan, no le perdía ojo al cheff como os podreis imaginar.
Uff, calliente está ya el agua coño! Pos ahora erchamos en una olla las patatas, en la otra los marcarrolles y nos tomalmos otro chupito de Mclan.
A contición, vamos a ir ciendo el pesto. Espearse aquí un momento que hora vengo. Bono subió la persiana de la puerta, salió y apareció a los 5 minutos con un macetón de romero que había en la puerta de la tienda 5 ó 6 números calle abajo. 
Bueno, pos ya esta aquí la albaca pal este. 
Bastante perjudicado ya nuestro protagonista, con el gorro cubriéndole completamente el rostro, el cual tenía dos abujeritos para los ojos, que sinceramente ni Juan ni yo supimos cuando se los hizo, prosiguió con la más que sofisticada elaboración del menú.
En fín pañeros, el colcanon ya ta casi lesto. Juan otra otella de clan, cago en to! Después de otra ronda de la tercera bolleta de Macallan, hasta Juan valvuceaba en sus comentarios. Sin más, Bono sirvió tres platos en la barra, y acto seguido casi sin tenerse en pie, nos sugirió: ahora cantalmos el With Or Without You, mientras echarmos el bacon en la saltén y complobarmos si los marrones están ya al diente.
A lo que nuestro queridísimo amigo, no tiene otra cosa que hacer que tirar la olla de macarrones a la pared, para asombro de Juan. Éste bastante cabreado, empezó a recoger macarrones del suelo y apagó el fuego de la sartén, pues en llamas estaba viendo su local. He de decir que no hizo reproche alguno a Bono, pero demás está decir, que después de dejarse un pastizal en Macallan, no era para menos.
Nuestro interesante amigo, obviando el hecho de la olla, cogió tres puñados de macarrones y los expuso en cada uno de los platos, les añadió bacon achicharrado a los mismos y por último los decoró con ramilletes de romero del macetón del vecino. Por encima echó un poco de nata líquida y tiró las coles a la basura.
Eah, hafer quién tieeeene corjones de deci que ester no er un flato dirno de S. Particio. Juan llena!
Como podreis imaginar, ni el mismísimo Bono tuvo arrestos de comerse aquello. Me consta que al día siguiente, a primera hora de la mañana, allí estaba nuestro protagonista dispuesto a arreglar semejante visicitud.
Aquella noche tuvo sus más y sus menos, pero os puedo asegurar que fué lección obligada, para que Juan desde el evento, sea inflexible en lo que a la entrada a su cocina se refiere.
Estoy seguro que S. Patricio, estará más que orgulloso del homenaje que los suyos le procesan. Todavía no hemos vuelto a saber de Bono, pero esperemos que cuando lo volvamos a ver, que lo veremos! no quiera homenajear a S. Pascual Bailón.